En un ambiente de celebración y alegría, la Diócesis de San Felipe conmemoró el cuarto aniversario de la consagración episcopal de Mons. Gonzalo Bravo Álvarez. Nombrado Obispo de la Diócesis de San Felipe de Aconcagua el 26 de mayo de 2020 por el papa Francisco, Mons. Bravo fue ordenado el 15 de agosto de ese mismo año por el Nuncio Apostólico Alberto Ortega en el Santuario de Santa Teresa de Los Andes.
La eucaristía, que ya se ha convertido en una tradición anual, se llevó a cabo el domingo 11 de agosto a las 16:00 horas en el templo catedral de San Felipe. A la celebración asistieron sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos de todas las comunidades de la diócesis, quienes se congregaron para acompañar a su pastor diocesano.
Durante la misa, como parte del ofertorio, se realizó la entrega de mercadería que cada comunidad católica aportó, destinada a las diversas acciones sociales que el Obispo Gonzalo lidera en su acción pastoral. En sus palabras, el obispo expresó su gratitud diciendo: “Quiero darle gracias al Señor por esta vocación, por vuestra presencia. He visto caras, rostros, que son de distintas comunidades, me encanta que sea así. Muchas gracias por estar, por venir, por acompañar, por no ser solamente un conjunto de presbíteros, sino por trabajar para ser presbiterio, que podamos caminar en las cosas de Dios y servir a su pueblo.”
Al finalizar la eucaristía, el Vicario General, padre Fabián Castro, ofreció unas palabras de agradecimiento, destacando la figura de San Elías como gran profeta y encomendando el episcopado de Mons. Bravo a su intercesión. En nombre del clero, el padre Fabián entregó al obispo un par de zapatos como presente, lo que provocó un momento de alegría compartida cuando Mons. Bravo mostró los zapatos a la asamblea.
Posteriormente, los presentes fueron invitados a compartir un ágape en el salón del Colegio Vedruna San Felipe, donde Mons. Gonzalo reiteró sus agradecimientos, especialmente a aquellos que viajaron desde los sectores más lejanos de la diócesis. La jornada concluyó con una emotiva presentación musical a cargo de un joven de la pastoral juvenil de la Catedral de San Felipe, quien interpretó una pieza en violín para los asistentes.