Diócesis de San Felipe

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Navidad con los niños del Campamento de Migrantes en San Felipe

Fue un momento único y la actividad más importante de la Fundación María en el Camino en San Felipe en las últimas semanas: La «Celebración de Navidad» con los niños migrantes, con quienes trabajamos los días viernes durante dos horas, desde hace ya 8 meses, en un «Acompañamiento extraescolar». —


Fue una celebración preciosa. La quisimos realizar en nuestra propiedad, de manera que los niños no fueran distraídos ni molestados por otra gente, como podría suceder en el mismo Campamento.

Conseguimos una autorización firmada de los padres, de manera que pudiéramos tener total tranquilidad para llevarlos a nuestra propiedad y celebrar con ellos tranquilamente.

Conseguimos también un bus de la Municipalidad de San Felipe, el que buscó a los niños en el Campamento mismo, y luego los llevó de vuelta a él, al término de la celebración, realizando así dos viajes, con el listado completo de todos, sus nombres, apellidos y su país de origen.

Con juegos y regalos

Teníamos todo preparado para 50 niños. Fue realmente una tarde preciosa.

Pudimos ofrecerles tres juegos inflables, donde pudieron saltar y entretenerse por mucho rato.

Tuvimos también con nosotros a un mago que les hizo algunas pruebas muy buenas, interesantes y bien simpáticas, que les hizo reír mucho y admirarse de algunas cosas totalmente impensadas.

Recibieron también una bolsa personal con dulces, chocolates, jugos y algunas golosinas.

El pesebre de Jesús

Después tuvimos una pequeña celebración de Navidad en torno a un Pendón de Navidad, donde pudimos resaltar la importancia del pesebre donde nació Jesús… y ahí dos de los mismos niños se acercaron llevando una cunita con un Niño Jesús que colocaron junto al pesebre, e invitamos a todos los niños que quisieran, a ir a darle un besito a Jesús. Fue muy lindo, porque todos querían ir.

Y, por último, teníamos a un Santa Claus en vivo, quien fue llamando a cada niño o niña por su nombre y les fue entregando un regalo personal que habíamos comprado en forma especial para cada uno, de acuerdo a lo que ellos habían realizado durante el año. Fue precioso ver la cara de alegría de esos niños y cómo abrazaban y le hacían cariño al viejito Pascuero, agradeciéndole por el regalo que recibían.

La visita del obispo

En ese momento de los regalos llegó también nuestro obispo a saludar a los niños y a estar con ellos, quien es muy simpático y alegre. Fue de verdad un final muy hermoso y alegre.

Tenemos que dar las gracias al cielo, en primer lugar, pues no tuvimos ningún momento desagradable o difícil. Todo fue resultando muy bien, dentro de un excelente ambiente de fiesta e intercambio humano.

Fue, de verdad, una muy hermosa celebración de Navidad.

Fuente Verónica Morandé Court, Fundación María en el Camino, Schoenstatt

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