En un año complejo como en el que estamos viviendo por causa del Covid 19, la Imagen de la Virgen del Rosario recorrió su comunidad en medio de la fe su pueblo.
Como cada año, la primera semana de octubre tiene un sentido especial para la comunidad de Hierro Viejo, perteneciente a la Parroquia de Petorca. El pueblo entero se vuelca a María del Rosario.
Como preparación a la fiesta patronal, se rezó la novena, contando el primer día con la presencia del obispo de San Felipe, P. Gonzalo Bravo Álvarez, ocasión especial en donde los hierrunos pudieron dar la bienvenida al pastor diocesano de una forma telemática por la pandemia que no afecta.
El Domingo 04 de octubre la Eucaristía principal se celebró a las 10.30 am. presidida por el párroco de Petorca el padre Antonio Albornoz. En ella se reflexionó sobre el Evangelio de la Anunciación. En su homilía el padre Antonio hizo alocución sobre el gran amor que Dios no tiene pese a las debilidades propias del ser humano. Tal amor que fue capaz de dar la vida por todos y otra de las formas de mostrar ese amor, fue entregar su madre como madre de la humanidad. También hizo la invitación a corresponder al amor dado por Dios, de forma que cada día se extienda a más personas, evangelizando al prójimo, mostrando la alegría de los cristianos.
Al finalizar la Eucaristía mientras se cantaba el himno patronal, la imagen de la Santísima Virgen fue puesta en el centro del Altar para recibir la veneración de lo fieles.
A las 15 horas tuvo lugar la procesión por las calles del pueblo, en donde los vecinos del sector esperaban el paso de la Virgen, adornado el frontis de sus hogares. También el club de Huasos rindió homenaje con el baile nacional entre tantas otra muestra de afecto a la Madre de Dios.
A eso de la 18 horas. El padre Antonio dio la bendición final para dar por terminada la festividad religiosa y se procedió a regresar la Imagen de la Virgen del Rosario a su lugar en donde sigue acompañando la vida de fe de todos los habitantes de Hierro Viejo.
Fuente: Parroquia de Petorca.